Los Tiburones No Duermen

  


Noche anclada
con la mirada baja
en el mítico arrabal del Támesis

Conquistador oxidado
a bordo de naufragios
ante el Fuego de San Telmo despiertas
Catacumbas de realidad
en el Siglo de las Luces
transformado en arrecife
bebiendo agua de mar 
En el fondo del Manglar
un volta ermitaño
forjado en el estuario
tragado por el mar

El sueño del mundo es una bala perdida
el espacio entre los enunciados solitarios
liberación de los cormoranes del monte
la procesión pagana
para alejar monstruos marinos

Dibujo mi mano en las sombras
seres míticos que habitan en los Altos de Nautla
bendecido por caribes
montando tiburones
me trepo al mar para ver el mundo

Cantos de animales
grabados para siempre
desafiando al huracán con sus insignificantes cuerpos
lo mismo la morena 
lo mismo la tortuga
el destino arrastró sus mentes desde diferentes horizontes

Elementos que descansan
detrás  de la montaña
Soy en la pared un punto que se queda fijo, luego avanza
detrás de la montaña
Y pensar que tú también estas mirando el mismo cielo
detrás de la montaña
Parece ser que me he enamorado de las nubes como tú solías hacerlo
detrás de la montaña

Tú que contienes
el arte de anidar en la arena
conforme la voz se aleja
en una libreta vieja y de hojas desprendidas
Ballena jorobada
azul, blanca, gris
Siempre quedará el misterio
¿Eras tú o era el país?
Mis branquias reconocen
la adicción a tus venenos
insectos nocturnos
cadencia del trueno

La ralladura del fuego
Se detiene
Se detiene
Escaleras arriba
Se detiene

El sistema se desvanece
el momento que consideramos lejano

Nos llevamos todo
tú me diste un nombre robado
yo te robé cien risas hasta que la fiebre te detonó los labios.










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